domingo, 30 de noviembre de 2014

Los amantes aplastados

En la ciudad de Córdoba vivía una mujer con su hijo. Él decidió un día salir con la mujer de un aceitunero, pero para ello necesitaba dinero. Se lo pidió a su madre, pero esta se negó. El hijo insultó a su madre e incluso le pegó y por último le quitó el dinero que se le antojó. Fue a buscar a su querida.
La madre llena de dolor por la acción de su hijo se hincó de rodillas y pidió que fuese castigado, desde el dolor de ese momento, aunque su corazón no quería que le pasase nada.
Los dos enamorados salían juntos por la puerta de Colodro, cuando vieron un portillo abierto y decidieron entrar para el logro de sus deseos. De repente se cayó la pared más cercana a ellos dejándolos completamente apastados.

A la mañana siguiente mucha gente fue a aquel lugar, incluida la viuda, la cual contó lo ocurrido con su hijo.

Caimán de la Fuensanta

Cuenta la leyenda que una vez hubo una crecida en el río Guadalquivir y el agua trajo a un caimán que horrorizó a la población cordobesa. Destrozaba a sus presas desprevenidas y desaparecía en los cañaverales cercanos Cuando estaba hambriento volvía a actuar.
Un día un disminuido físico, un cojo, después de tener controlado el comportamiento del caimán, lo esperó detrás de un árbol con un trozo de pan abogado.
Cuando el caimán salió a comer, el hombre aprovechó para clavar el filo de su muleta en la garganta.
Lo disecó y lo colocó en un muro del santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta. Desde entonces, en los días 7,8 y 9 de septiembre, durante la celebración de la Velá de la Fuensanta, es costumbre ir a visitar al caimán disecado.



El vado del moro

En la villa de Cabra, se encuentra el vado del moro.
Todo empezó cuando los moros habían derrotado a los cristianos e iban por los pueblos robando en sus casas.
A las afueras vivía Don Pedro, que era un noble. Fueron a robarle a su casa e intentó escapar, pero un alcaide llamado Aliatar lo atrapó y se lo llevó prisionero.
Don Pedro y Aliatar iban más adelantados en la marcha, entonces Don Pedro aprovechó y empujó al caballo de Aliatar por una pendiente. Los dos caballeros se enfrentaron hasta que Don Pedro le quitó la espada a Aliatar.
Los moros buscaban a Aliatar pero ya era de noche.
El conde de Cabra junto a un ejército de cristianos, buscaban a Don Pedro. Se encontraron con él y Aliatar por el camino. Todos intentaron huir, aún sabiendo que los moros los estarían buscando para matarlos. Se dirigían hacia la ciudad, pero por el camino se encontraron con un río que tenía una subida inmensa. Aliatar les dijo una forma de cruzarlo de manera fácil.

Sorprendidos por el comportamiento de Aliatar, por petición de Don Pedro, se le dejó en libertad.

El sótano del judío

Una vez había un judío que era muy avaricioso y nunca gastaba el dinero que tenía, lo guardaba en un sótano que había en su casa, que era una especie de laberinto. Un día mandó a su hija para que le guardase el dinero. De repente se cerró la puerta y se apagó la vela que llevaba. Por mucho que se buscó en ese lugar nunca se encontró rastro de ella, tan solo se oían sus lamentos. Se dice que fue una venganza por su avaricia y estuvo atormentado el resto de sus días.

En la actualidad aún se siguen oyendo los llantos de la infeliz doncella.

Madinat al- Zahra

Madinat al- Zahra fue llamada la ciudad más bella del mundo, situada a la falda de Sierra Morena. Todo empezó porque Abd al-Rahman III de entre sus mujeres tenía una favorita, ella era del  norte y anhelaba sus tierras y su gente. Él estaba tan enamorado que decidió construirle una ciudad con patios, jardines, mezquita, palacios y zonas de ocio y arte. Todo esto lo apreciaba la bella al- Zahra pero aun así echaba de menos los campos nevados y los árboles blancos. así que el hombre plantó por toda la ciudad almendros en flor, para que sus hojas blancas simularan los árboles nevados. En el siglo XI los bereberes ayudados por el rey Sancho de Castilla, se apoderaron de la ciudad y la destruyeron, convirtiéndola, en lo que hoy en día son unas ruinas,  fruto de un amor no correspondido.



La Torre Malmuerta

En el siglo XV vivía en Córdoba uno de los mejores caballeros de toda la Península. Era conocido por su nobleza y honestidad. Tenía una gran mansión y una mujer muy bella. Un día llegó un extraño caballero que quería conquistar a la mujer. La dama acabó cediendo. La infidelidad llegó a tal punto que hasta empezaron a verse en la mansión del noble caballero cordobés, enterándose así la misma servidumbre de la casa. Un día el noble caballero los vio y de la rabia y el dolor los mató a los dos con sus espada. Después fue matando a todos los criados de la casa. Como había contribuido con muchas causas por lo reyes de España le perdonaron haber matado a su mujer y al amante, pero debía ser castigado por haber matado a los criados. Se construyó una torre llamada la Torre Malmuerta donde se encerró de por vida y hasta su muerte al valeroso caballero.